miércoles, 15 de abril de 2009

Repercusiones en nosotros mismos...

en otro post, las repercusiones en la gente que nos rodea.

Eli aprendió rápido y por su propia curiosidad la parte intelectual de la vida: leer, escribir, contar, sumar, etc...
Yo me enfoqué en facilitarle las cosas que pedía, pero, dejé de lado el cuerpo... Y como Eli era muy tranqui y se enganchaba en sentarse a jugar, jugábamos así, tranquis a pintar, a escribir, a leer, a cocinar, a la vendedora, etc, y el poco entusiasmo que demostraba por treparse o correr se lo fui sacando ofreciendole por ejemplo: sentarse a escribir, que era una de las cosas que más les gustaba y que se enganchaba enseguida... esta pequeña introducción para decir que:

Este tiempo sin escuela, de estar en casa y de ir viendo como vamos a llevar adelante este camino, me lo tomé también de alguna manera para devolverle a Eli, por decirlo de alguna manera, la posibilidad de andar ese camino que no anduvo... que no anduvimos: el de escuchar el propio cuerpo.

Así que a pedido de ella, empezó clases de Danza Arabe y Tae Kwon Do. Y sobre todo también, 'y mal que me pese', la parte intelectual la estamos siguiendo solo cuando ella pide... que de todos modos NO ES POCA LA DEMANDA!
Lo que me deja más tranquila con este camino que estamos eligiendo es que lo que pregunta luego se lo acuerda: aprende realmente lo que le interesa.
Y lo que me sorprende de esto es verla moverse y sentirse tan comoda con su cuerpo, no me imaginaba que le gustaria tanto bailar y que tenia el ritmo que tiene.

Así que lo que pude ver en este poco tiempo es un cambio muy grande, Eliana recuperó su mirada vivaz, el temperamento, la alegría y la seguridad que tenía como hasta los tres años, casi cuatro, está más desenvuelta y demostrativa... puede que sea la edad también, no lo se... pero en esencia, su manera de estar en el mundo en este momento me recuerda mucho a como era ella antes de empezar el jardín. Lo mismo opina Ale, que por ahora está más tiempo en casa y lo puede ver él mismo. Y por eso mismo él está también tranquilo y ya no tiene dudas como meses atrás cuando pensaba en esto solo como un veremos que pasa.

El otro día Eli me dice: jugamos a la maestra?
Yo: bueno, dale... (y aproveché para hacer matematicas que es lo que estamos 'dejando de lado')
Y Ale que estaba con nosotros le dice: para jugar a la maestra, mejor vas a la escuela, no?
Y Eli le contestó: Naaa, no es lo mismo ir a la escuela que jugar a la maestra con mamá!

Me alegra verla así, ver que se reencuentra con esa parte que yo sentia que había... perdido?...

En la foto con una polilla, que antes no se animaba a tocar :)



Su relación con el cuerpo esta siendo otra, y claro, su seguridad (autoestima) también :)

Le debemos mucho de todo este aprendizaje a Ezequiel, que es todo cuerpo: salta, se trepa, se tira, se cuelga, corre, se detiene, se arrastra, usa las manos, los pies, los brazos, TODO! y para nosotros es todo nuevo, tanto cuerpo puesto en acción :)

De todos modos, creo que él siente algo así como que no quiere quedarse afuera o como que se está perdiendo de algo... o quizás también quiere tener más autonomia y saber para poder usar 'cosas de grandes' que ahora no puede porque: no sabe leer.



Así que él pide números y yo se los voy escribiendo como él los pide: puede ser un 3 o un 11... a veces pide palabras y a veces letras: lo mismo, le escribo lo que pide y ahí vamos... a veces los repasa como en la foto y a veces pide que además de la palabra yo haga un dibujo y después quizás lo pinta, lo repasa o simplemente lo deja por ahí.

miércoles, 1 de abril de 2009

Adaptación, sí, no, mas o menos

Y acá estamos, a tres semanas de haber comenzado las clases en esta nueva escuela. Proyecto distinto, que no se guía específicamente por un método de enseñanza, pero que prioriza el respeto por el ritmo propio, los intereses de cada niño, el cuidado del sitio compartido y la alegría a la hora de aprender. El disfrute por sobre todas las cosas.
La forma en que van aprendiendo es experimentando con los materiales o los instrumentos por ejemplo, de forma autodidacta. Llevan una flauta dulce y una guitarra pequeña. Aunque hacen a veces actividades distintas, comparten el lugar chicos de entre 2 y 11 años.
Si el día está lindo, salen a caminar.

A Olivia no le gustó mucho empezar. Protestó y muchas veces se quedó llorando. Yo no puedo decir que tanto ..pero casi. Me cuestan los nuevos horarios. Y a pesar de que veo linda esta opción... sigue imponiéndonos ritmos de escolarización. Es decir...no es una escuela común, no está reconocida, rompe con la estructura típica de una escuela...funciona en una casa; pero nos hace correr con los horarios. Y a mi me gustó tanto lo que experimentamos estando juntas estos meses pasados, en los que las actividades surgían espontáneamente, los tiempos se hacían laaargos para cocinar juntas, o pasear... y la siesta si estábamos cansadas, la dormíamos.

Muchos dirán que Olivia se queja al momento de entrar porque yo le transmito que a mi también me cuesta. Y puede ser. También puede pasar que heche de menos eso de no correr, ese respeto que tuvimos con los ritmos naturales, que le cueste porque ella también lo pasó bien.
Todos opinaban que "ya se va a acostumbrar" ...a lo que con el papá respondíamos "es que no queríamos que se acostumbre, queríamos que le guste"

Cuando la vamos a buscar, sale feliz... con una cara de felicidad imposible de no reconocer, mezcla de orgullo y alegría. Con su guitarra en mano, mas grande que ella, con su carpetita donde guarda los cuentos y la flauta. Vuelve en el auto cantándonos, y a veces tocando la guitarra que saca de su funda apenas entra. Nos cuenta si cocinó (hacen pan casero), y alguna otra cosa que hicieron o que le pasó a algún chico, como que a uno se le cayó un diente, a otro se le rompieron los anteojos.

A medida que vaya contándome ella, sus experiencias, pienso ir escribiéndolas en este blog. Así como también iré volcando aquí actividades, juegos, que realicemos juntas que tengan que ver con su educación y desarrollo, y sentimientos que surjan en mi interior.
Por estos días tratamos sobre todo de aprovechar las mañanas. Yo no hago casi nada de quehaceres domésticos en estas horas. Desayunamos, jugamos o leemos y salimos, ella en su bici, yo caminando, a pasear por el barrio.



La hermana de Olivia, Pieri, que tiene 12 años, la semana pasada, al llegar de su escuela, muy triste me dice: Ojalá que Oli nunca tenga que ir a una escuela, o a una común, es lo peor que te puede pasar!
También con respecto a este comentario la gente da muchas explicaciones, como que son típicos de esta edad.
Cuando empezamos a charlar, yo le preguntaba por sus intereses. Ella me decía que nada le interesaba. Estaba triste y cansada. Tenía que hacer tarea..."porque sino le mandaban notas a los padres"
Yo le decía que a mi me parecía que esto que le estaba pasando era porque sentía que tenia que hacer cosas para otros, que correspondían a intereses de otros. Ella ama el arte. La música, la plástica, el baile. También le gustan las ciencias naturales. Traté de transmitirle en la charla que aprender es hermoso, cuando se busca, cuando se va hacia donde uno necesita.
Me apena muchisimo que una nena de 12 años se olvide de lo que quiere hacer, lo deje para después para "cumplir", y poco a poco muera en ella el genuino interés por hacer, por crear. Le queda tan poco tiempo libre...y está tan cansada cuando llega.